domingo, 10 de octubre de 2021

Corazón herido

 El dolor, esa sensación que se podría definir como una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien, lo experimentaremos de distintas formas a lo largo de nuestra vida.

Hoy ese dolor viene de dentro. Sentir cómo algo se va muriendo dentro de ti. Cuando te falta el aire y las manos tiemblan. 

Cuando puedes sentir como se te acelera el pulso, como si el corazón, se estuviera rompiendo, literalmente en pedazos. Porque si, sabes que se está rompiendo., porque antes su ritmo era distinto. Alegre, vivo, fuerte, estaba lleno de amor. Y no cualquier amor, ese que además, era correspondido. Se veía fuerte, valiente y capaz de todo porque siempre había otro corazón que latia a la vez, con la misma fuerza, compartiendo ganas, alegría y sueños.

Ahora, sin embargo, ya no hay compañero. Se ha quedado solo y sin fuerza.  Esa valentía no ha podido con la batalla. El escudo no ha aguantado un embiste tan fuerte y el corazón se ha debilitado por los golpes y la separación de su más leal y fiel compañero. Ahora duele y es el Señor Tiempo el que tiene el mando.

Sólo él puede saber cuando ese corazón derrotado vuelva a ser fuerte y valiente. 

El dolor, se ha apoderado del corazón, de la mente y en definitiva de todo el escuadrón llamado cuerpo. Hoy se ha resquebrajado quizá la última pequeña pieza que quedaba suelta de esperanza, pero a la vez la pieza que hacía que cayera todo el peso del corazón herido. Sanará, siempre lo hace, pero este golpe ha sido el más duro porque ha venido del mismo corazón que antes latía al mismo compás y con el que compartía vida y sueños.

Adelante valiente, con ayuda del Tiempo y con el amor que siempre has demostrado, podrás volver a levantarte y vivir.