lunes, 2 de septiembre de 2013

Rodéate de gente mejor que tú

Dicen que siempre pienso en los demás ante que en mí. ¿Y cuál es el problema? Para que uno sea feliz, la gente que tiene alrededor, la que gente que quiere tiene que estar feliz. Por lo menos yo lo necesito así. Hay días que lo dejarías todo porque el mundo ese día ha sido una mierda. Y otros días...afortunadamente...son esos que te mantienen con ganas de comerte el mundo. De seguir haciendo cosas, aprendiendo, compartiendo, haciendo cosas por los demás. Esas personas que se conocen por casualidad o simplemente estaban destinadas a cruzarse en tu camino. Las que te caen bien desde el principio y también las que no, pero que con el tiempo se convierten en amigos...a veces incluso, en familia. Y todos y cada uno diferentes pero similares a la vez. Porque en la variedad está el gusto y, en mi opinión, casi la perfección. Diferentes ideas, maneras de ser, experiencias vividas...eso hace que crezcas como persona, que madures, que entiendas, que emocionalmente seas más fuerte, puede que hasta más sabia. Está claro que de todos ellos siempre tenemos a unos pocos, elegidos, que son un poco más amigos. No porque sean mejor o peor que el resto...ni que su personalidad no te guste...para nada, simplemente, llámalo afinidad, entendimiento o como a veces me gusta decir, compañeros inseparables, almas gemelas. Y quizás en ocasiones, te cuesta darte cuenta quién forma parte de ese grupo de elegidos. Pero con el tiempo...sucesos...lo sabes. Incluso en ocasiones, como es mi caso, lo sabes antes de todo eso. Antes de formar parte de tu círculo más próximo, de tu círculo de amigos...Es una sensación...ese alguien es especial. Y llega un momento que quieres hacer lo posible, consciente o inconscientemente para que esté y sea feliz. Esta claro que no todo depende de uno mismo pero con pequeñas cosas...pequeños gestos, se logra. Porque al fin y al cabo todo cambia. De un día para otro puedes estar, o no ahí y cuando ya no estás, no se puede volver a intentar...la oportunidad voló. Y dentro de ti, algo te dice quién estará ahí y quién no. El que será un hasta luego y el que será un adiós. Y hay veces que no se está lo suficientemente preparado para éste último. Así que tratas de vivir los momentos como si fueran los últimos. Ama como si no hubiera mañana, ría, canta, llora, baila, di más "te quiero", da abrazos, disfruta de los pequeños placeres, comparte, saca tiempo para hacer las cosas que en verdad te hacen feliz, quéjate menos, discute poco, besa mucho y, sobre todo, rodéate de la gente que realmente te importa, rodéate de gente mejor que tú. No sabes cómo será mañana.

1 comentario:

  1. Cuantísima razón!!!
    Hay veces que hacen falta golpes duros para darse cuenta de esas cosas. No pienso dejar de lado la oportunidad de decir y demostrar a la gente que quiero ese sentimiento.
    O de decirte que me encanta leerte, por ejemplo =) Aunque suene repetitivo a veces.

    No te imaginas el bien que hacen algunas palabras, algún abrazo, alguna mirada... Sólo con eso, puedes cambiar la vida de una persona.
    No hay nada más bonito que recibir esos regalos ni hay nada más emocionante que te den las gracias sinceramente cuando tú los haces.

    Hay un versículo en la Biblia en 1Corintios 10:24 que dice: "Ninguno busque su propio bien, sino el del otro"

    Creo que el mundo sería genial si eso fuera una realidad en cada persona

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