martes, 29 de octubre de 2013

Desearía encontrarte...

Desearía encontrarte. Mirarte como se mira al bebé que acaba de agarrar tu dedo por primera vez...retándote a no abandonarlo nunca. A aprender a quererlo, a verlo crecer, a reír con él, a llorar, a vivir experiencias... Quiero encontrarte y que me elijas a mí.  Suplir esa parte que sigue esperando. Querer de una forma distinta, complementando lo que ya sí tengo, por suerte. Ese amor familiar, inquebrantable, particular, infinito. El que se ha creado contigo, el que te enseñó a ser...el que se echa de menos en muchas ocasiones. El otro amor "familiar"; el que has creado tú, el que te hace ser realmente como eres ahora. El que sigue creciendo y éste, es el que más idas y venidas ha tenido y supongo que seguirá teniendo, pero continúa ahí. El más variado, el elegido, el apoyo más grande. En el que te refugias primero, el de los consejos, las risas, las locuras, las experiencias, las novedades, tus primeras veces, también el de las decepciones. Por el que te desvives si es correspondido y que si es verdadero, está por encima de todo. Por encima de la familia, el tiempo, la distancia, la edad, las diferencias culturales o sociales, el que te marca de verdad. Ese es el que echas de menos, quizá, con mayor intensidad, porque eres tú realmente con él, con el que te abres del todo, el sincero, sin compromisos. Amar hasta que duela. Ese amor, que te imaginas compartir toda tu vida... incluso después de ésta, si existe esa posibilidad. El que te imaginas cuando te cuentan de niña esos cuentos de hadas, príncipes y princesas, de animales felices y contentos, dónde, a pesar de todo, siempre hay un final feliz. Desear crear tu propio final feliz...no con ello buscar un príncipe... Consiste, a mi parecer, más en llegar a ser tú la princesa, independientemente del príncipe, de esos puede que conozcas muchos, príncipes encantados y encantadores. Pero se trata de algo más, del que te trate como tal, que haga especial cada uno de tus días. La persona por la que te levantas con ánimo cada mañana. La que te saca una sonrisa con sólo recordar su cara. La que siempre aparece en tus pensamientos. La persona que a pesar de las dificultades, los retos, las opciones y las dudas, sigue contigo, porque prefiere estar contigo que en cualquier otro lugar. Que conoce tus secretos, tus cambios de humor y tus defectos y, aún así, te quiere un poquito más cada día. El amor como amor en sí mismo. Sin etiquetas, sin sexos, sin vergüenzas ni miedos. Sin ser típico, sin ser aburrido. Ese que saque lo mejor de ti. Ese amor loco, que no por ello locura,  el especial. El que sin hacer nada, nunca tendrás la sensación de estar perdiendo el tiempo. En el que cada segundo se vive al máximo. El que traspasa tus sueños. El que quieres más, el que no te cansa pero te deja sin aliento. El amor de una persona a tu lado. El despertarse sintiendo su aliento en tu piel. El respirar profundamente para embriagarte de su aroma. El sentir ese escalofrío adictivo al rozarte. Ese amor por el que morirías si fuera necesario. Desearía encontrarte y no sólo en mis sueños.

2 comentarios:

  1. Vellos como escarpias.
    Impresionante.

    Añado algunas cosas:
    Ese amor... el que completa tus frases antes de que empieces a emitirlas siquiera, el que interpreta mil palabras distintas en función de tu sonrisa, el que hace que lo cotidiano sea divertido, aunque sea estar 8 horas sentado en un sofá y casi sin mediar palabras.
    A veces las palabras sobran.

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  2. Muchas Gracias! Toda palabra es bienvenida, y éstas, sin duda, completan lo ya escrito.

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