miércoles, 30 de abril de 2014

La misma luna

Si tuvieras que acordarte de los buenos momentos y pensar en quién piensas al vivirlos. ¿Quién te viene a la cabeza?
Digo en los buenos momentos porque para mi, siempre son primero los buenos momentos, pero supongo que serán la misma personas las que vengan a la mente cuando se trata de momentos menos buenos. ¿Qué hacer cuando tienes la necesidad de que sean participes de lo que estás viviendo, de lo que estás viendo y sintiendo en ese momento, aun cuando no se encuentran a tu lado? ¿Cómo explicar que te da un vuelco el corazón cuando son esas mismas personas las que dan señales de vida en el momento menos esperado o en el momento más oportuno sin tener esperanza de que así sea?
¿Qué pensar cuando sigue pasando el tiempo y siguen ahí aunque no sea de la forma que quisieras? Son esas personas las que forman parte de ti. Las que habitan en tu corazón. Pueden ser o no familia, amigos o gente que pasó por tu vida. Pero todos ellos tienen algo en común: han dejado una huella especial en tu vida. Difícil de borrar, difícil de sustituir, de reemplazar.
La sensación de saber que no sólo tú te acuerdas de ellos. La sensación de que pregunten por ti, con esas palabras únicas de cariño, con esas palabras que identifican a cada uno, con esos audios imposibles de entender, con esas bromas que son nuestras y de nadie más.  La sensación de saber qué es el amor en cada una de sus formas, las que has tenido la suerte de vivir hasta ahora, ya quedará tiempo para muchas más.
Pensar que esa peque ya se está haciendo mayor, que necesita nuevos retos, que para todo esto sigo pensando en vosotros, esas mismas personas, las que forman parte de mí.
Mirar al cielo y pensar que, a pesar de la distancia o las diferencias, estamos mirando la misma luna.

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