miércoles, 9 de diciembre de 2015

Allá vamos

Sí, esa sensación ha empezado a recorrer mi cuerpo y ya no tiene stop. Desde el punto más olvidado de mi cerebro, ese que sólo se despereza en ocasiones especiales, cuando la adrenalina empieza a vestirse con sus mejores galas.
Donde la palabra aventura suena a voces entre neuronas eufóricas fuera de si. No saben aún el destino de su aventura pero enloquecen con los rumores. Bajando a toda mecha, como una marabunda de sangre, hormonas casi como adolescentes en su primera fiesta o su primera vez.
Empieza a latirte el corazón más rápido. Ya está, el gran jefe se ha enterado... y razón/lógica quizá no está muy convencido, al estilo pepito grillo y su conciencia de: "alerta peligro"... pero no hay nada que hacer, el corazón ha dicho, el corazón ha hablado, el corazón manda...aventura is coming!
Ya no se puede parar a un coche sin frenos directo a un barranco. Puede que el camino e incluso la caída sea fuerte y dolorosa; pero las vistas serán inmejorables.
Adelante, quizá sea el mayor viaje de tu vida. Come on, do it!
Ya todos tus planes tienen su nombre, cada día, cada hora, cada movimiento, cada euro. Las piernas se mueven con rapidez  aun cansadas, dando lo mejor, preparándose como prueba de fondo hasta llegar a la meta. Hay que estar en la mejor forma posible.
Avisan a sus colegas de toda la vida; esos pies que a veces, creídos, piensan ser los dueños de tu vida, sin ellos no se va a ninguna parte... Puede sea cierto pero, al final, solo hacen lo que ordenan corazón y razón en acuerdo mutuo. Se podría decir, de alguna manera, son los rebeldes de la familia, pero piezas indispensables, a veces, ellos son los que nos llevan a los mejores lugares o de vuelta a casa cuando el resto de nuestro cuerpo no puede más. No se quejan, o sí, pero cogen las riendas y lo hacen.
Está todo dicho....allá vamos. Empieza la cuenta atrás

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